sEl raor (Xyrichtys novacula), uno de los peces más singulares y queridos de las Baleares, se recupera con fuerza en nuestras aguas. Un equipo investigador del IRFAP, conjuntamente con el IMEDEA (CSIC-UIB), han estudiado 26 años de datos biológicos de más de 5.000 raors. Los resultados no dejan lugar a dudas. La veda que se realiza cada año en las áreas marítimas protegidas de las Baleares, entre el 1 de abril y el 31 de agosto, consigue que los peces sean más grandes, más resistentes, y con una mayor capacidad reproductiva. Pero esto no es todo. El raor es una especie singular, ya que es hermafrodita secuencial. Es decir, todos los individuos nacen hembras y, según las condiciones del entorno, algunas cambian de sexo a machos. La pesca recreativa capturaba los machos más grandes, hecho que obligaba a las hembras a transformarse antes de lo previsto y con un menor tamaño, reduciendo así su potencial reproductivo. Gracias a las medidas de protección establecidas, la tendencia negativa de la especie está cambiando. El proyecto METARAOR, financiado por el Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación 2021-2023, ha demostrado que ahora el raor cambia de sexo a los 18 cm, frente a los 14 cm de antes. «Este aspecto es fundamental para la sostenibilidad del raor, ya que las hembras más grandes producen muchos más huevos», destaca la Dra. Amàlia Grau, investigadora del IRFAP. Y añade «Además, las reservas marinas de interés pesquero juegan un papel fundamental como bancos de biodiversidad genética. Al proteger una mayor diversidad genética de la especie, esta de vuelve más resiliente ante amenazas como el cambio climático, la contaminación o la sobrepesca».
Los resultados son contundentes. Una gestión pesquera basada en la ciencia y la sostenibilidad, funciona. La experiencia con el raor en la Islas Baleares es un ejemplo a considerar.